Argentina en un Trimestre Crucial para el Dólar: ¿Estabilización o Tormenta Cambiaria?
En un contexto donde el dólar se ha convertido en un refugio y catalizador de crisis, Argentina se enfrenta a un trimestre decisivo entre julio y octubre de 2025. Este periodo revela un equilibrio precario entre la estabilización tentativa y el riesgo de una corrección abrupta. Con elecciones legislativas a la vista, la dinámica del tipo de cambio se presenta como un indicador crítico para economistas e inversores en los próximos meses.
La presión sobre el dólar, tanto oficial como paralelo, dependerá de varios factores: la acumulación de reservas, el desarrollo electoral y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este trimestre promete ser volátil, y entender sus implicaciones es vital para quienes navegan en el incierto panorama económico argentino.

Proyecciones del Tipo de Cambio: Estacionalidad y Tensión Electoral
El trimestre preelectoral se perfila como un periodo complicado para el tipo de cambio, marcado por una menor oferta de agrodivisas y una demanda estacional elevada, impulsada por el turismo y la dolarización preventiva de carteras. Se prevé que el dólar oficial, bajo un esquema de crawling peg, se mantenga en un rango de $940 a $1.440 para octubre, aunque podría acercarse al techo de la banda establecida por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El resultado electoral en la provincia de Buenos Aires será fundamental. Una victoria del oficialismo podría actuar como un ancla para moderar la dolarización preelectoral, reforzando la confianza en la estabilidad cambiaria. Por el contrario, un traspié político podría intensificar las presiones sobre el dólar en un ambiente adverso.
Factores Clave: Reservas, Política y Dinámicas Globales
El comportamiento del dólar dependerá de tres factores principales. Primero, la estacionalidad del mercado cambiario representa un desafío crítico. Octubre suele registrar una mayor demanda de dólares por turismo y dolarización preventiva, lo que se intensifica en años electorales debido a la incertidumbre política. La menor oferta de agrodivisas en el segundo semestre agrava este desequilibrio, ejerciendo presión sobre el tipo de cambio.
En segundo lugar, las reservas del BCRA y el acuerdo con el FMI son puntos clave. El gobierno ha priorizado la estabilidad cambiaria en lugar de acumular reservas agresivamente, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de esta estrategia a largo plazo. Aunque las colocaciones de deuda y repos han permitido al BCRA mantener reservas brutas en torno a los US$40.000 millones, las reservas netas negativas limitan su capacidad de intervención.
Por último, el contexto político-electoral añade un nivel adicional de volatilidad. Una victoria del oficialismo en Buenos Aires podría calmar las expectativas de devaluación, pero el mercado ya anticipa un tipo de cambio real estable, lo que puede considerarse optimista. Con un tipo de cambio real actual rezagado respecto a niveles históricos, es probable que se produzca una corrección posterior a las elecciones, especialmente si el gobierno avanza en la liberalización del cepo cambiario en 2026.
Implicancias para Inversores y Empresas
Para los inversores, el escenario cambiario plantea un delicado equilibrio entre cobertura y riesgo. Los instrumentos dólar linked, como los bonos duales, son recomendados para proteger carteras contra una posible devaluación. Además, los bonos ajustados por inflación (CER) ofrecen resguardo frente a una inflación que, aunque en descenso, se proyecta cerrará 2025 en torno al 27%, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).
Las empresas enfrentan restricciones significativas. El cepo cambiario limita el acceso a divisas, mientras que el atraso cambiario reduce la competitividad de las exportaciones e incentiva las importaciones. Sectores como el agro y la energía podrían beneficiarse de un tipo de cambio más alto en 2026, pero una corrección abrupta podría disparar la inflación y debilitar el consumo masivo, que ya muestra signos de estancamiento.
Escenarios Futuros: Estabilización o Corrección
En un escenario base, se espera que el BCRA mantenga el crawling peg dentro de las bandas, apoyado por colocaciones de deuda y una sólida performance electoral del oficialismo. Esto podría estabilizar el dólar oficial entre $1.300 y $1.400 para octubre, con una inflación acumulada del 25% en 2025 y un crecimiento del PBI proyectado en 4,8% según el REM.
Sin embargo, un escenario adverso podría desencadenar una corrección cambiaria más pronunciada. Esto implicaría una inflación cercana al 35% y renovadas presiones sobre los salarios, que apenas han recuperado los niveles de 2023 en términos reales.
Conclusión: Un Camino Estrecho
El mercado cambiario argentino enfrenta un trimestre crucial donde la presión estacional y la incertidumbre electoral pondrán a prueba la estrategia del gobierno. Mientras algunos analistas ven un camino hacia la estabilización si se gestionan bien las expectativas y el financiamiento externo, otros advierten que el tipo de cambio real actual es insostenible sin una corrección, probablemente en 2026, tras la salida del cepo. Para inversores y economistas, la clave estará en monitorear las reservas del BCRA, la relación con el FMI y el resultado electoral. En un país donde el dólar refleja tanto la confianza como la fragilidad económica, los próximos meses serán decisivos para evitar una nueva tormenta cambiaria.